Hi, How Can We Help You?

Blog

La gestión del Riesgo Operativo vs la gestión del Riesgo Legal

Muchas veces se tiende a confundir la gestión del riesgo con la gestión de los efectos, confundir lo que es propio de la gestión operativa de la empresa con lo que son los efectos o consecuencias dañosas de esa gestión es mucho más común de los que se pensaría y obviamente, si hay error en la propia concepción resultará errada la gestión del riesgo que se haga con el esperable resultado de ineficacia.

Toda gestión de riesgo se diseña partiendo de un punto común; todas se basan en determinar un hecho presunto, dimensionarlo y en base a esto generar un proceso de gestión cuyo objetivo es evitar la ocurrencia de ese hecho presunto o minimizar los efectos, todo esto, se hace en torno al concepto “riesgo” que es el termino que se usa para aglutinar, el hecho presunto, la posibilidad de que este ocurra y el efecto que acarrea si ocurre, por ello, al final, la gestión siempre se enfoca en el riesgo y el hecho presunto.

Cuando estamos frente a una gestión de riesgos operativos, lo que entendemos como riesgo es la probabilidad de que un hecho ocurra (hecho presunto) y el efecto que este podría ocasionar sobre el público objetivo, – a causa de la afectación en la propia operación –  por tanto, la consecuencia que tratamos de gestionar será la pérdida de clientes por insatisfacción causada por el mal servicio o la baja calidad de un producto, la perdida de una representación comercial, la incapacidad de producir o prestar el servicio, y en general cualquier cosa que pudiera ser consecuencia de errores en la fase productiva, errores que se asocian al tipo de servicio que prestemos o negocio que desarrollemos.

En el riesgo legal, el hecho presunto puede, entre otros, incluir un hecho operativo, sin embargo lo que tratamos de evitar o minimizar es la consecuencia legal de ese hecho, tales como multas, pago de indemnizaciones, demandas, penas de prisión, perdida de licencias o acreditaciones, en resumen, se trata de lidiar con las consecuencias de una falla del proceso operativo o de otro tipo de procesos con el fin de evitar consecuencias vinculadas a sanciones.

Entonces, la mejor manera de afrontar esto es partiendo de un correcto entendimiento de la gestión y hacerlo en base a principios como:

  • La gestión del riesgo legal es autónoma
  • La gestión del riego legal se adapta al tipo de operación de la empresa
  • La gestión del riesgo legal implica una actividad constante de supervisión y actualización
  • La gestión del riesgo legal es impostergable debido a la gravedad de las consecuencias del daño que gestiona.